Los Simpson siempre se han caracterizado por su fino humor y sus numerosas referencias culturales y cinematográficas a lo largo de las 28 temporadas que la serie lleva en emisión. Este aspecto demuestra que tanto Matt Groening — creador —, como James L. Brooks — productor — y los guionistas son grandes cinéfilos, pues algunas de las tramas o chistes que incluyen en sus episodios se tomaron de películas casi desconocidas para los espectadores del siglo XX y, a menos que se indague, los matices pasan desapercibidos. Es por ello que, desde CINE3, vamos a comenzar a desgranar dichas referencias del séptimo arte.
En el episodio Treehouse of Horror VIII — La casa árbol del terror en España y La casita del horror en Hispanomérica — se emitieron tres pequeñas historias de Halloween. Una de ellas se llamaba Mosca contra Mosca y mostraba cómo Bart Simpson cruzaba su ADN con el de una mosca al adentrarse en una cabina teletransportadora. El resultado fue tan terrorífico como cómico, ya que la cabeza del primogénito de la familia Simpson acaba en el cuerpo del insecto y viceversa. Uno de los momentos más divertidos del capítulo es ver que la familia se acostumbra a la nueva apariencia de Bart, ahora con cabeza de mosca.
Durante el desarrollo de la historia, se pueden apreciar más referencias. Por ejemplo, el resultado de fusionar a Bola de Nieve II y al Pequeño Ayudante de Santa Claus se parece mucho al protagonista de CatDog — serie de Nickelodeon —, que es mitad gato y mitad perro. Además, el título de este relato recuerda al de una serie de tiras cómicas publicadas en MAD Magazine llamadas Spy vs. Spy.
Este segmento era una parodia de La mosca, película protagonizada por Jeff Goldblum y Geena Davis en 1986, remake de un largometraje homónimo de 1958. El director David Cronenberg combinó la ciencia-ficción y el terror para contar la historia del científico Seth Brundle — brillantemente interpretado por Goldblum —, quien creó dos cabinas capaces de teletransportar materia entre sí. Brundle se enamora de la periodista Veronica Quaife — muy bien interpretada por Davis — y ella le deja caer la posibilidad de usar los aparatos para transportar seres vivos. Los experimentos para ese fin eran un fracaso, hasta que Brundle decide ser su propia cobaya e intentar teletransportarse. Al principio, la prueba parecía un éxito, pero las consecuencias serían fatales para su vida.
Gracias a que una mosca entró con Brundle en el teletransportador y se combinaron sendos ADN, el científico empieza a experimentar una horrible transformación a insecto; gracias a este recurso, la Academia de Cine de los Estados Unidos concedió al equipo de la película el Premio Oscar por Mejor maquillaje y peluquería. Recuerdo a los lectores que esta película se grabó mucho antes de que los efectos especiales informáticos coparan Hollywood, la caracterización fue muy rompedora.
La trama está relacionada con el tipo biopunk, un género que describe historias ambientadas en sociedades basada en el nihilismo y la biotecnología. De hecho, Brundle rechaza presentar su invento revolucionario a una prestigiosa revista de ciencias por temor a que se adueñaran de ello y ese sentimiento de recelo hacia las autoridades de un país es una característica importante de este género. También deja espacio para la filosofía, pues está muy basada en La metamorfosis, memorable obra de Franz Kafka; además, el inventor recita una parábola modificada del filósofo taoísta Chuang Tzu:
Soy un insecto que soñó que era hombre y le fascinó, pero el sueño terminó y el insecto ha despertado.
Otro aspecto interesante de la historia es que el protagonista y el, a priori, antagonista intercambian roles a medida que la película avanza; por supuesto, esto se debe en parte a que Brundle pasa de ser un apuesto científico a un engendro anti-natural. Sin embargo, llama mucho la atención el cambio "por arte de magia" de Stathis — ex-novio de Veronica y editor de la revista que quiere publicar el hallazgo —, ya que tenía intenciones más mundanas al comienzo y acabó yendo en busca de la periodista para salvarla del monstruo.
Si sois amantes del cine de terror y no habéis visto este largometraje aún, os lo recomiendo encarecidamente. Quiero finalizar esta reflexión dando las gracias a Los Simpson por haberme dejado descubrir esta sobresaliente película y por todas aquellas que están aún por mostrar.