Que gran género es el thriller. El hijo del suspense por excelencia, capaz de poner el corazón a cien del espectador y mantenerle pegado a la butaca a base de emociones fuertes, tenía en el sexto día un protagonismo especial a raíz de las películas que cine3.com ha seleccionado para sus lectores en la sexta jornada de Sitges 2014.
Arrancaba el día con La French, la visión de la French Connection de Cédric Ximenez que muestra la visión desde el punto de vista de un juez antidroga desplazado a la Costa Azul, epicentro de las mafias corsas, para luchar contra el crimen organizado. Protagonizada por el oscarizado Jean Dujardin muestra el resurgir del cine francés, y ya era hora, en los últimos años. Dujardin marca el pulso de la película con una soberbia interpretación que sostiene un interesante combate interpretativo con Gilles Lellouche, que ya fuera su "partené" en Los Infieles, y dejando al resto del reparto absolutamente canibalizado con la representación que ofrecen dos monstruos como son. Con unos exteriores magníficos del Mediterráneo Francés, la labor de Cedric Ximenez se deja ver con la coherencia en el ritmo que hace que sus más de dos horas de película sepan a poco. No están de más las referencias al cine de Brian de Palma (Scarface) y de Scorsese (Casino o Uno de los Nuestros) en la que quizás sea la mejor película sobre el crimen organizado hecha en Francia.
A La French le seguía en la proyección del día Annabelle, la precuela a The Conjuring, de John Leonetti. Con James Wan como productor, Leonetti intenta, con más intención que efecto, emular a su maestro (no en vano es un colaborador habitual de Wan) tomando la historia de la muñeca que abre la magnífica película de Wan. Leonetti tal vez abuse demasiado de los convencionalismos, lo que deriva en una cinta predecible que por momentos se encuentra falta de ritmo. A cambio, el espectador recibe una buena dosis de sustos y gritos, algunos de ellos tal vez superfluos derivando en una película que deja un poso de haber sido vista antes. No quiere esto decir que Annabelle no sea aprovechable. Tiene escenas realmente brillantes donde se deja ver la mano del maestro, pero no son suficientes para levantar el tono general del film lo que deja la sensación al espectador de encontrarse ante una cinta que pese a estar bienintencionada, flaquea en su puesta a punto final y que probablemente pase rápidamente a un segundo plano en la memoria del respetable.
Volvía el thriller a hacer presencia con A Hard Day, del director surcoreano Seong-Hoon Kim. Una película que podríamos dividir en dos partes, una primera mitad con tintes netamente cómicos que se podría considerar da sentido al título, con referencias claras en clave criminal a After Hours, del anteriormente mencionado Scorsese. A continuación, una segunda parte que es la que realmente marca la acción de la película y que podría ser contabilizada como un ejercicio de thriller llevado a cabo con maestría. Entre las dos, dan como resultado una película prodigiosa que da buena marca de lo que es hoy en día el cine de acción de Corea del Sur, un cine muy bien calibrado y maduro que está dando grandísimas películas y que merece hacerse un hueco en las vidrieras de las videotecas personales. Cabe destacar de A Hard Day, el sentido del ritmo que el director imprime a la película, manteniendo el pulso a lo largo de la misma, con tensión y sin estridencias para lograr dejar al espectador la sensación de haber pagado un dinero justo por la entrada. Muy destacable como representativa de lo que se viene haciendo en el país asiático en los últimos años.
Muy, muy esperada era la cinta Cold in July, de Jim Mickle. El director de Stakeland vuelve a proponernos, con ese peculiar modo suyo de hacer cine, una película con un planteamiento heterodoxo, donde es difícil saber lo que es planteamiento desarrollo y desenlace, y más bien, podríamos hablar de una sucesión de historias dentro de una misma película. El argumento consiste en la situación a la que se ve arrastrado un padre de familia, cuando tras matar a un ladrón que asalta su casa, se ve acosado por el padre del criminal, a su vez también con antecedentes. La película en realidad narra la muerte de la inocencia de un estadounidense medio cuando se ve sometido a la presión de un entorno que desconoce. Prodigiosas interpretaciones de sus protagonistas, Michael C. Hall (Dexter en la televisiva serie del mismo nombre), el veterano Sam Sheppard, y sobre todo Don Johnson. Que gran actor ha recuperado el cine con Johnson, que cerca ya de la vejez nos está regalando unas interpretaciones memorables como la de Unchained Django. Tal vez una de las películas del festival, con elementos realmente curiosos como esos planos que Mickle elige cercenando la cabeza a sus actores y que son marca de la casa. Película imprescindible en la carrera del director que se plantea como uno de los realizadores emergentes al que habrá que estar muy atentos en los próximos años.
Hyena, de Gerard Johnson, cerraba la selección del día. Johnson vuelve a los escenarios del Londres más deprimido que nos mostrara en Tony, pero esta vez para narrar una historia de corrupción en la policía. Cuando unos albaneses quieren hacerse con el control del tráficos de drogas, colisionan con los intereses del protagonista, una suerte de "Teniente Corrupto" a la británica a la vez que se ve investigado por asuntos internos. Drogas, prostitución, violencia y mucha tensión en esta película de alto voltaje que cuenta con un final enormemente abierto que puede dejar al espectador con gana de más, pero que a poco que se analice, resulta correcto.
Un día con mucha pólvora y mucho plomo de este festival que está dando un buen nivel y que habiendo pasado ya su ecuador, podemos afirmar que es el mejor de las últimas ediciones.