Desde hace algún tiempo, Hollywood ha tenido la tendencia de "aterrizar" y humanizar leyendas de todo tipo, desde visiones más historicamente correctas de hechos mitológicos, hasta mostrar aspectos más mundanos de figuras cubiertas con un halo de misterio. Goodbye Christopher Robin es la cinta más reciente en esta línea, que curiosamente surge un poco despuès de que haya disminuido una fuerte fiebre por el personaje de quien surgiría toda la historia.
La cinta, dirigida por Simon Curtis, nos sumerge en un momento de la vida de A.A. Milne, el autor de la serie de libros de Winnie Pooh. Contrario a la visión dulce, inocente y fantástica de este pequeño oso, este filme nos presenta a un hombre torturado y lleno de dudas, que tiene que tratar de equilibrar su vida durante el periodo álgido de la guerra, con su relación con su hijo C.R.
La cinta es interesante y profunda, pero de momentos se torna algo depresiva, lo cual se acentúa con las menciones de su creación, hechas más bien al paso. El balance entre la cración de un universo de fantasía, y la presencia de los aspectos más crudos de la vida, crean un cotnraste que la hace muy intensa. La misma cuenta con las actuaciones de Domhnall Gleeson, Margot Robbie y Kelly Macdonald.