Dice la sabiduría popular que es mejor no hacer cosas buenas que parezcan malas, y en el caso del actor Eddie Murphy, le costó una mancha en su reputación que, aunque discutida, sigue siendo causa de habladurías.
El 1 de mayo de 1997, un policía de West Hollywood identificó a Atisone Seuli, una conocida prostituta transexual, que se encontraba en libertad bajo palabra, y que por ello, no podría estar ejerciendo el comercio sexual, ni estar fuera de su casa a esa hora. Gran sorpresa se llevó el agente al descubrir que quien manejaba era el actor Eddie Murphy.
De acuerdo a lo que la estrella relató, él estaba consciente de que él era un transexual, pero que sólo lo había visto pidiendo aventón, y se ofreció a llevarlo. El problema es que si bien Seuli no lo contradijo, se atuvo a su derecho de no declarar, por lo que tampoco dio ninguna declaración a su favor. Si bien salió libre esa misma noche, cuando se demostró que no había realmente nada ilegal en su conducta, pues él desconocía la situación de su acompañante, el que hacía realmente esa persona en su auto sigue siendo una duda que, podemos etar seguros, nunca se aclarará por completo, siendo uno más de los escándalos que se siguen comentando en Hollywood.