En el año del 2002, el cine mexicano estaba experimentando un renacimiento, con temáticas frescas y novedosas, así como una nueva generación de actores y directores. Es en esa coyuntura en la que se anunció el lanzamiento de la cinta El Crimen del Padre Amaro, en la que se adaptaba una novela del portugués Eça de Queirós, situándola en el México actual.
El problema fue que, al traspasar la corrupción de la novela original a nuestro país, se insinuaban ciertas relaciones entre el clero y el narco, levantaron ámpula en más de un círculo. La Iglesia Católica mexicana se levantó abiertamente, exhortando a los fieles a boicotearla. Otras instancias de Gobierno, más discretas, pusieron varias trabas en la misma, lo que al final logró el efecto contrario: El escándalo atrajo a muchos más espectadores, por lo que la cinta se convirtió en una de las más taquilleras de aquel momento, a pesar de que su realización no era tan buena como para los niveles a los que se llegó.
En esta cinta, pudimos ver a un joven Gael García, que apenas comenzaba a hacerse de un nombre dentro del cine nacional, en un papel protagónico, y es indudable que toda esta situación contribuyó mucho para que se catapultara su carrera. Lo cierto es que muchas veces, este tipo de polémicas sólo consiguen que algunas cintas alcancen una fama que, en otras circunstancias, nunca hubieran alcanzado.