El rey de Arabia Saudita Abdulá bin Abdel Aziz indultó a la conductora y periodista Rosana al Yami, condenada a recibir 60 latigazos por trabajar en un programa que "promovía el pecado". La mujer fue condenada tras de dirigir al aire un programa en donde los televidentes llamaban para comentar sus experiencias sexuales. Si bien la condena fue rápida y sin lugar a defensa, el hecho generó una fuerte reacción en la opinión pública y organismos internacionales, por lo que al parecer el indulto real fue más bien reacción hacia esa petiión. sin embargo, sigue latente el problema, pues el indulto legalmente implica un perdón, pero el hecho se sigue considerando como culpable, y por tanto, sigue sentando precedente para casos posteriores.