El cine, al igual que muchas otras disciplinas, ha tenido que evolucionar con el tiempo, adaptándose a los nuevos puntos de vista, filosofías y elementos tecnológicos. Pero así como algunos elementos han desaparecido, otros han cambiado de función, manteniéndose vigentes. Uno de estos ejemplos es el intertítulo.
Recibe este nombre cualquier texto que no forme parte de los créditos, y que aparezca de forma independiente a la imagen que se representa. Su origen data de los tiempos del cine mudo, en el que se usaba como la forma de presentarle los diálogos al espectador, o para describir ciertas acciones que no podían quedar claras simplemente con imágenes. Durante aquellos años, eran parte indispensable de toda producción.
Al aparecer las cintas habladas, los intertítulos parecían destinados al olvido, pero en realidad, no fue así. Actualmente, se suelen utilizar para insertar citas de libros, dividir los capítulos de determinada historia, o para indicar alguna situación geográfica. En sí, su uso más frecuente en la actualidad es ya sea para agradecer o dedicar una película o, en las cintas basadas en hechos reales, para agregar al final de la misma la situación actual de los protagonistas. Quizá no tan frecuentes como antaño, pero los intertítulos siguen siendo parte de la cinematografía actual.