Una de las ventajas que tienen los clichés es que, cuando se tiene talento, se puede tomar una temática muy gastada, y convertirla en una gran obra con solo un cambio de perspectiva. La cantidad de cintas en las que una persona talentosa cae en las garras del alcohol y la droga para después establecer una lucha para recuperarse es tan grande, que tan sólo nombrarlas se llevaría un espacio exageradamente grande. Pero en esta ocasión, el director Jeff Preiss decide abordar, en su cinta Low Down, la vida del jazzista Joe Albany, uno de los más importantes dentro de la escena de finales de los sesentas y principios de los setentas, quien pasó por una situación de este tipo. Sin embargo, el director elige como punto focal la perspectiva de su hija, de modo que además de la lucha del músico, nos encontramos con todo el conflicto de sentimientos encontrados que ella experimenta. La cinta no cae en los momentos melosos y sentimentaloides que se suelen dar en este tipo de filmes, sino que examina las emociones que realmente se generan en este tipo de situaciones. Tan es así, que fue uno de los más halagados dentro del Festival Sundance. Lo veremos en salas mexicanas hasta el mes de enero del próximo año.