Me casé con un boludo: actuación, manipulación y romance

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A inicios del 2016 se estrenaba un film que prometía ser una comedia que pudiese combinar el romance, la reflexión sobre el mundo actoral y al mismo tiempo explorar la sensibilidad de quienes trabajan en un ambiente donde la creación y el ego son cosas que tienden a chocar. Estamos hablando de la comedia romántica "Me casé con un boludo" del realizador Argentino Juan Esteban Taratutoque logró alzarse como la cinta más vista en ese país en 2016 haciendo un número de 1.859.276 espectadores. Un dato muy interesante que ahora nos llevará a analizar lo positivo y negativo de este taquillero largometraje.

¿De qué se trata la historia?

La trama se centra en Fabián Brando, (Adrián Suar) un actor que se hizo famoso desde niño y es toda una leyenda. En un caótico rodaje conoce a Florencia, (Valeria Bertuccelli) una actriz que recién está comenzando. Ambos se enamoran y rápidamente contraen matrimonio. Con el pasar de los días ella se da cuenta que se enamoró de la caracterización que está haciendo y no de él realmente, descubriendo que Fabián es un tipo sin gracia, egocéntrico e inmaduro.

 

 

Aspectos positivos

 

La propuesta argumental 

El satisfactorio intento de mostrarnos sucesos del cine dentro del rodaje al estilo de La noche Americana . Un propósito que implica un trabajo coherente de los personajes protagónicos y el universo que los rodea y una temática lo suficientemente cautivarte que consiga hablar del esfuerzo que hay detrás de la actuación y el séptimo arte sin descuidar la trama principal (por supuesto todo eso está), cumpliendo además con sostener una historia con un humor sutil que está presente como un gran valor añadido—sobre todo en el primer y segundo acto—.

El conflicto central 

De un aspecto trascendental en una cinta (la configuración de personajes) pasamos a otro que también debe ser cuidado, ¿Qué ocurre con el conflicto central? pues goza de ser tremendamente atractivo e impulsa secuencias con originalidad, Logrando sacar lo mejor de ambos intérpretes, ambos consiguiendo estar a la altura de unas secuencias divertidas de engaño mutuo. 

La actuación 

Curiosamente otro desafío del filme está logrado; esa es la capacidad de despertar la empatía. Ambos actores lo consiguen manteniendo una interpretación muy disfrutable en esta relación de "pareja dispareja" trasmiten carisma. Suar es completamente creíble y gracioso cuando tiene que abordar el cambio rápido de ser un engreído, a un hombre desesperado que usa cualquier artimaña para convencer a Florencia de que no es una persona vacía, y por otro lado el trabajo con Bertucelli se enfoca en el trabajo histriónico viniéndole a la perfección esa faceta de tímida e insegura a la de una personalidad dominante y expresiva, un total acierto en la dirección de actores destacando particularmente en el segundo tramo de la película. 

 

Aspectos negativos

 

Recursos simples

Repentinamente aparece la utilización del slapstick y en menor medida, pero igualmente hace presencia de chistes escatológicos volviendo confusa la intensión de algunas escenas de cara al desenlace. En ese sentido lo que se torna débil es el momento de catarsis en la película. 

Inverosimilitud y clímax débil

Una escena importante para explorar los sentimientos honestos en uno de los protagonistas (Fabián) es poco convincente—y no por la actuación—Florencia se hace la ciega y lo deja en medio de un aprieto, para tener una conversación sin tonterías de por medio. El problema aquí no es la escena como tal, son los eventos previos al desenlace que adolecen de tiempo para su comprensión. 

Quizás ese podría haber sido un momento de reflexión y dramatismo increíble (recordemos que estamos hablando de una comedia romántica por ende el drama puede estar presente), en resumidas cuentas la escena es completamente desechable.

Cameos y saturación de estos

Hay una secuencia de la película que le hace un flaco favor a lo ya construido; los cameos entran casi sin relevancia y en exceso, todo con el fin de reiterarnos lo importante que es Fabián en el mundo actoral, lo único que se logra es sobre cargar una información que ya se sabe desde el inicio....... ¡Hasta Vicentico aparece! puesto que el cover que realizó de la canción "Vivir así, es morir de amor" de Camilo Sesto aparece como tema central. 

En conclusión

podemos decir lo realizado por Taratuto es funcional, tiene una visión interesante sobre las relaciones humanas dentro del ambiente artístico. Ademas, el humor a ratos busca ser igual de complejo que sus personajes, pero quizás la debilidad recae en el intento de cohesionar la exageración evidente con el ingenio, entregando un resultado diluido y que está por lejos de ser persuasivo. Hay méritos innegables en gran parte del guion, en el despliegue de producción, en la fotografía y en la actuación; lo cierto es este último trabajo de Taratuto es original y simpático.