En el pasado, existían muchas prácticas que eran comunes en diversos gobiernos, pero por una cierta discreción, no se mencionaban en los medios o, de hacerse, se les tomaba como una "revelación", no algo que fuera común. La más reciente cinta de Sandra Bullock, que lleva por título Our Brand is Crisis, pretende "denunciar" el hecho de que, en el sistema democrático, pesa mucho más una buena campaña mediática que la capacidad del aspirante. Si bien la historia se desarrolla en Sudamérica, el hecho que el personaje principal tenga amplia experiencia en ese tipo de negocios, toda adquirida en los Estados Unidos, deja claro que no es una práctica exclusiva de un solo país.
Bullock ha encontrado al parecer su fórmula en los papeles de mujer dura y profesional, y aunque en este caso no es una policía o agente, pero el perfil es prácticamente idéntico. La cinta resulta interesante y entretenida, pero de ninguna manera innovadora. La acción se mueve entra la comedia y el drama, pero de un modo errático, y no logra el balance que este tipo de producciones requiere, pero tiene la suficiente coherencia para sostenerse. Vale la pena verla si no se tiene una mejor opción,