Existen actores que, con una actuación de un par de minutos, pueden cautivar a todos los espectadores, y en Batman, pudimos ver uno de esos casos. Barry Keoghan, con sólo encarnar al Guasón en unos cuantos momentos, e incluso sin mostrar su rostro de manera clara, causó una fuerte impresión entre los espectadores. Podríamos pensar que fue sólo una aparición fugaz para crear el Universo del Hombre Murciélago de una forma más completa, pero existen otros elementos que nos hacen pensar que hay otra intención.
Cualquiera que haya visto la escena eliminada de El Guasón, seguramente habrán notado que siempre estaba desenfocado, y en la que se quedó en la cinta, permanecía a obscuras en su celda, de modo que nunca tuvimos una vista clara del mismo. Eso nos está dejando ver que Matt Reeves quiere mantener la misma línea que en la primera cinta: Un Batman más centrado en el misterio que en la acción, abrevando más en el espíritu del Detective Obscuro. Es de esperarse que su secuela maneje un Guasón mucho menos teatral - que en cierto modo iría en contra de su personalidad usual - pero más aterrador, actuando de la misma forma que el Murciélago: Entre las sombras, sin dejarse ver.
De ser así la dirección que piensa llevar, no cabe duda que que la secuela va a valer mucho la pena.