Satoshi Kon, el maestro de la anmaciòn japonesa

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Cuando se piensa en la animación japonesa, la primera imagen que viene a la mente son los largos combates con personajes que despliegan poderes multicolores y espectaculares. Pero si bien existe una gran cantidad de producciones que llenan este perfil, existen otras más que son verdaderas obras de arte. Entre los directores que se han ganado un nombre a nivel mundial, precisamente por su capacidad de innovación, es el japonés Satoshi Kon.

Nacido en Sapporo en 1963, se inició en 1984 como dibujante de manga, donde conoció a Katsushiro Otomo, quien lo convirtió en su asistente, descubriendo el mundo de la animación. Su primer trabajo importante dentro del género fue en la película Roujin Z, donde comenzó a darse a conocer rápidamente.

Su debut como director fue en 1997, con la cinta Perfect Blue, que se convirtió en cinta de culto prácticamente de inmediato. Desde ese momento, Kon se volvió un refrerente de la animación japonesa, pues cada una de sus cintas se volvió un éxito inmediato. Millenium Actress (2001), Tokyo Godfathers (2003) y Paprika (2006). Además, su mini-serie Paranoia Agent (2004), que se volvió un clásico de forma instantánea.

Desafortunadamente, le fue diagnosticado cáncer de páncreas en 2010, cuando trabajaba en su siguiente proyecto Dreaming Machine. El director mantuvo en secreto su padecimiento y se retiró de la vida pública, anunciándose su fallecimiento el 24 de agosto de ese año, dejando trunca una de las carreras más prometedoras del cine. Todos su trabajo es digno de verse, y seguramente entenderemos porqué se volvió un ícono con tan pocas cintas.