Segundo día de Sitges

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Se presentaba el segundo día de Sitges'2013 como una interesante mezcla entre autores consagrados, valores emergentes y exótico cine asiático.

Comenzaba la mañana con Upstream Color, de Shane Carruth, que dirigiera en 2004 Premier. Casi diez años han pasado desde la extraña obra con la que Carruth debutara en el mundo del cine y que traía buenas reseñas del festival de Sundance. Repite esquema y similitudes con su nueva película, a medio camino entre el drama y el thriller de ciencia ficción donde se mezclan de forma artística el concepto de los universos paralelos y el destino. Una película enórmemente visual en la que se juega con la mente del espectador al que mete en la piel de Kris, interpretada con corrección por la actriz Amy Seimetz, a la que tambien hemos visto recientemente en You're Next. La cinta, enórmemente visual y con una factura digna de mención (por momentos recuerda al mejor Mallick), peca de algo de falta de ritmo lo que no es inconveniente para considerar que el precio pagado por la entrada sea una magnífica inversión

Completamente alejada en planteamiento, The Green Inferno, la última película del director Eli Roth, nos sumerge en la selva de la amazonía en un claro homenaje a aquellas cintas italianas de los ochenta de las que Cannibal Holocaust, de Ruggero Deodato es el más épico exponente. El argumento transcurre en cierta medida como un paralelismo a la cinta de culto anteriormente mencionada con soterradas influencias medioambientalistas que recuerdan por momentos a la magnífica "The Esmerald Forest", de John Boorman. Un grupo de activistas se adentran en lo más profundo de la selva peruana para luchar por salvar el hábitat de una tribu no contactada. En este caso, el largometraje de Roth y a pesar de contener elementos intersantes (por ejemplo, la indefensión de los ciudadanos ante la supervivencia en condiciones salvajes), peca de de unas interpretaciones bastante justas, además de un forzado uso del pudor, que contrasta con violentas escenas de mutilaciones. El producto deja grandes dosis de insatisfacción en el espectador, que no acaba de ver unos personajes creíbles y ni tan siquiera saca partido de los exhuberantes escenarios naturales.

The Jungle, de Adrew Traucki, comparte escenario selvático y argumental con The Green Inferno. En efecto, tambien nos encontraremos a decadentes seres civilizados lanzados por una noble causa, esta vez la supervivencia de un mítico felino que presumiblemente, se haya en vías de extinción, lo que los llevará a las junglas indonesias para documentar su existencia. Adre Traucki firma un soporífero Found Footage que en ningún momento coje ritmo, y que tan sólo es una sucesión de carreras por la jungla filmadas cámara en mano, una película enórmemente floja a la que le sobra metraje y repleta de incoherencias, lo que da como resultado una cinta fallida que se pierde en una historia que por sí misma tampoco pone en tensión a un espectador al que le resulta sencillo anticipar los sustos.

Alejándonos de la naturaleza salvaje y sus peligros, la parrilla de cine3.com cambiaba de registro por completo para acercarnos a un trhiller policíaco de la mano de Blind Dective, de Johnnie To. To, uno de los grandes valores del cine chino, se adentra en un terreno que, hasta ahora, se haya prácticamente reservado a las producciones de Hollywood y a su propia dirección. El prolífico To, que sorprendió en 2011 con el drama de historias cruzadas Life Without Principle, nos narra en clave de suspense la relación de un detective retirado a causa de su ceguera y una policía obsesionada con encontrar a una antigua amiga suya que ha sido raptada.Es difícil ver con ojos occidentales el histrionismo propio de las actuaciones asiáticas, máxime cuando estas están dirigidas a un gran público. Son precisamente estas actuaciones, junto con un metraje ciertamente largo, el que llevan al espectador a revolverse en su butaca esperando una toma de altura que no llega a producirse.

Si alguna película sobresalía por encima de todas en este segundo día de cobertura de cine3.com, era el esperadísimo retorno del director de culto Terry Gilliam. El director de Brazil, tras cuatro años sin dirigir ningún largometraje (los transcurridos desde Imaginarium of Doctor Parnassus), cuenta con un elenco de auténtico lujo, con Cristoph Waltz, esta vez sin el abrigo de Tarantino, Matt Damon y Ben Whislaw (Perfume) para contar, con su peculiar forma de ver las cosas una distopía en a que vemos peligrosamente reflejada una evolución de nuestro mundo actual. Gilliam se homenajea a sí mismo, y reproduce una distopía semejante a la de aquel Brazil, con un despliegue de imaginaería como sólo el propio Giliam puede llevar a cabo y con unas actuaciones magníficas que dejan al espectador con muy buen sabor de boca a pesar de su final, como viene siendo habitual, cortante y abierto

Tras este parentesis distópico, la selección de cine3.com volvía a Hong Kong, volvía a Johnnie To y volvía al thriller policíaco, esta vez, con una guerra entre las fuerzas policiales y los cárteles narcotraficantes de por medio, con una compleja trama que esta vez sí, es llevada a cabo con un ritmo adecuado y conducida por To  a través de unas actuaciones cuando menos sorprendentes que compensa el fiasco que supone la primera proyección del director asiático.

En este día, especialmente cíclico, nos hemos encontrado con escenarios selváticos por partida doble, así como con un Johnie To en estado de gracia, al menos en lo que se refiere a producciones, y volvemos con Escape from Tomorrow al cine más experimental y de autor. La ópera prima de Randy Moore, se apoya en un elenco de figuras de la televisión para contarnos la delirante obsesión en blanco y negro de un padre de familia atormentado por sus responsabilidades paterno filales que tras años de represión, afloran durante un viaje a Disneylandia. Randy Moore firma una tragicomedia efectiva que resulta novedosa en su arguento y su planteamiento.

Terminaba el día con la japonesa Why don't you play in hell, de Sono Sion, para contarnos lo que a primera vista parece una comedia al más puro estilo del vodevil, con la historia de dos clanes Yakuza enfrentados de fondo y una historia ligera de enredos, pero que sin embargo evoluciona para convertirse en un auténtico baño de fondo. Apoyado por la fotografía siempre espectacular del magnífico Hideo Yamamoto y con un gran éxito de crítica y público en el reciente festival de Toronto.