A casi nada de que comiencen el montón de festejos decembrinos, todos estamos rompiendo el cochinito, sacando el dinero de debajo del colchón, retirando los ahorros del año, todo para derrocharlos en un frenesí de regalos; como magia, un regalo por aquí uno por allá.
Y es que parte del espíritu navideño del dar, tiene su esencia en los regalos. Hermosas cajas envueltas en bellos papeles decorativos, con cintas multicolores, con olor a navidad, con la magia de la sorpresa y la expectativa. Siempre que vemos un regalo tenemos la esperanza de que sea para nosotros y sea algo maravilloso, independientemente de que al abrirlo sea un servilletero promocional de Jumex el que nos están regalando. La expectativa que nos genera dicho presente se compara con pocas cosas.
Ahora bien, hay que saber regalar.