Felicidad da recordar la niñez, pero aun mayor sentimiento causa la convergencia de seres desconocidos en una sala. Unidos por una historia que parece superarse en equipo; gritando, riendo y llegando al final de la pelicula, con un aplauso pocas veces escuchado.
JJ Abrams, con la magia de Spielberg en sus buenos tiempos, nos arrastra a traves de una historia de niños en la que podemos creer.
Pequeños cineastas que ruedan a motor de super 8 historias de zombies con homenajes a George A. Romero, resultan ser personajes universales con los que podemos identificarnos.