Una de las grandes ventajas del cine de terror, es que si no logra su objetivo final, tiene muchas más posibilidades de convertirse en un placer culpable que otros géneros, pues la línea que separa al horror del ridículo es muy tenue, y los grandes directores de este tipo de cintas son muy cuidadosos en este sentido. Es gracias a este fenómeno, que hoy podemos recomendar ampliamente un film que, de otra forma, sería terrible.
En Till Death, la actriz Megan Fox interpreta a una esposa que, para tratar de arreglar su matrimonio, acude con su esposo a una cabaña romántica, sólo para despertar al día siguiente esposada al cadáver de su marido, y siendo además buscada por varios asesinos a sueldo.
Si bien la premisa suena perfecta para una buena película de suspenso, el manejo que hacen de la misma está muy lejos de ser el adecuado. De entrada, la motivación tras del plan de venganza resulta insostenible, y si a eso le sumamos una actuación por parte de la protagonista que no logra capturar la tensión, acabamos viendo una comedia involuntaria que resulta sumamente divertida, rayando en algunas ocasiones en la farsa, aunque no llega a caer completamente.
Este es el primer largometraje del director S. K. Dale, quien antes realizara sólo cortometrajes. Es notoria la de experiencia en este sentido, pero cuando menos, logrará que la gente acuda a ver su cinta, pero por las razones equivocadas.