Anomalisa y el cine como reflexión

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En lo que va del año, Anomalisa es una de las mejores cintas de 2016 (fue estrenada en Estados Unidos el año anterior, y actualmente está en cartelera). También es una de las más reflexivas. Es otro ejemplo que desafía a la “seguridad” como la única opción para ver el fin de semana. Las películas de superhéroes son enormemente populares, pero no son lo único que hay.

Charlie Kaufman, guionista de Anomalisa, con el co-director Duke Johnson
Charlie Kaufman, guionista de Anomalisa, con el co-director Duke Johnson

Aunque lo predecible, el status quo y lo fácil no deberían esperarse de Anomalisa incluso antes de verla, conociendo a su autor: La cinta es el regreso de Charlie Kaufman en papel y detrás de la cámara, después de su debut como director en 2008 con la cinta Nueva York en escena. Antes de eso, co-escribió la popular Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos. Y antes de eso, sorprendió a Hollywood con Quieres ser John Malkovich y El Ladrón de Orquídeas. Kaufman no ofrece historias de rutina, sino todo lo contrario: no hay tal cosa como un héroe perfecto o un romance satisfactorio en su mundo, e incluso Cameron Diaz se parece muy poco a su imagen popular en Quieres ser John Malkovich (idealmente, actuar es una transformación, y Díaz lo consigue)

Fragmento de Anomalisa
Fragmento de Anomalisa

Anomalisa tiene estos elementos, pero no los lleva necesariamente a una conclusión, como ocurre en las cintas previas de Kaufman, y quizás en una tradición general de narrativa cinematográfica. En lugar de soluciones, hay preguntas, al extremo de considerar toda la cinta como una de ellas, dirigida al sujeto más contradictorio y fascinante de la humanidad: la humanidad misma. En lugar de presentar a personajes “extraordinarios” en circunstancias “comunes” (el titiritero Craig Schwartz en Quieres ser John Malkovich, el propio Kaufman y su hermano Donald en la brillante El Ladrón de Orquideas, por ejemplo), Anomalisa introduce a un personaje normal en el mundo normal, y esa normalidad es su conflicto, esa falta de diferencia forma el corazón de la cinta.

Michael Stone, protagonista de Anomalisa
Michael Stone, protagonista de Anomalisa

El protagonista es Michael Stone (David Thewlis), y el mundo a su alrededor es indiferente a la novedad. La decisión de Kaufman (junto a Duke Johnson) por narrar la historia utilizando animación stop-motion enfatiza esta idea: El rostro de casi todos los personajes tienen el mismo tipo de rostro, con bordes que se asemejan a una máscara. Pero el otro éxito viene en el sonido, y una vez que aquel detalle queda claro, es imposible de olvidar.

Lisa (Jennifer Jason Leigh) en Anomalisa
Lisa (Jennifer Jason Leigh) en Anomalisa

Anomalisa plantea al menos dos conflictos. Conforme la historia avanza, se descubre que Michael es el autor de un exitoso libro de auto-ayuda, que ha cumplido su propósito aumentando la productividad en la atención al cliente de grandes empresas. Es por ello que Michael está en Cincinnati, lejos de casa, preparándose con cansancio y vasos a medio llenar para una conferencia al respecto. Al igual que en la obra previa de Kaufman, hay una separación entre la ilusión y el hecho: Michael debería ser el más “feliz”, y sin embargo es el más triste, el más agotado, el más perdido, a veces similar al personaje de Bill Murray en Perdidos en Tokio, o el auto-retrato de Kaufman en El Ladrón de Orquídeas (interpretado por un increíble Nicolas Cage)

Duke Johnson dirigiendo Anomalisa
Duke Johnson dirigiendo Anomalisa

Pero el segundo conflicto es más interesante: el conflicto de vivir con el amor. No la lucha por obtenerlo, no la existencia sin él, o el dolor por la pérdida. Una vez que Michael encuentra a Lisa (Jennifer Jason Leigh en una de sus mejores actuaciones), su vida adquiere - literalmente - una nueva voz. ¿Pero cuánto va a durar, y en qué terreno? En lo que respecta al mundo físico, Michael sabe que su encuentro sorprendente con Lisa no pasará de una noche. Tiene una mujer y un hijo a los cuales regresar, al día siguiente. No queda, entonces, otra opción más que vivir el momento, y Kaufman ofrece una de las secuencias más conmovedoras, debatiblemente, en la historia del cine. ¿Pero qué ocurre al día siguiente? ¿Puede la espontaneidad y la nueva voz del amor sobrevivir, o se vuelve un pretexto para el control, el objeto de una obsesión? Anomalisa plantea, entre otros temas, ambas opciones, no hacia un resultado, o el dominio de una sobre la otra, sino hacia la reflexión. Porque es posible - y horroroso - que nadie sepa cuál de las dos es. Quizás son ambas en una lucha eterna, y quizás por eso Michael tiene aquella actitud desde el inicio de la cinta, hasta su encuentro con Lisa. Quizás el mundo entero es así.

https://www.youtube.com/watch?v=DT6QJaS2a-U

Junto a Alan Ball y Paul Thomas Anderson, se puede decir que Charlie Kaufman es uno de los mejores narradores cinematográficos en la historia del medio. No únicamente por la astucia y curiosidad detrás de su narrativa, pero la evolución de esta con el paso del tiempo, como un vino añejo. Para los fanáticos de Kaufman, Anomalisa puede verse como la síntesis de muchos temas y actitudes que han construido su obra previa. Para los fanáticos de la animación, aquel medio insiste en tener más fuerza e identidad que un “entretenimiento infantil”. Y para los espectadores cinematográficos por el resto del mes, Anomalisa es esencial, casi una obligación. Es una experiencia de vida, pasada, presente y futura.

Manuel Cruz

@cruzderivas