Bakshi, el gran olvidado de la animación

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Cuando hablamos de animación, inmediatamente vienen a nuestra mente los nombres de los grandes maestros de diversas épocas. Sin embargo, en muy pocas ocasiones se llega a mencionar un nombre que fue un auténtico precursor, tanto a nivel técnico como temático, y que aún a la fecha sólo es mencionado en cerrados círculos de culto: Ralph Bakshi.

Ralph Bakshi inició su carrera durante la década de los sesentas, en un momento en que toda la cultura llegaba a un punto de ruptura. La década de los cincuentas fue una explosión de la animación infantil, pero muchos de sus elementos estaban ya desgastados. Si bien muchos de esa generación buscaron cambiar las reglas del medio, abordando temas adultos, Bakshi fue quien se dio a conocer más rápidamente, pues no sólo buscó explorar temáticas, sino que incorporó mucha de la estética de la época.

Uno de los grandes logros de Bakshi fue el poder hacer llegar su visión, en forma discreta, al círculo comercial. Cuando se le eligió para dirigir la serie de El Hombre Araña. Aunque fue muy discreto en casi todos los capítulos, se dio el lujo de introducir elementos visuales psicodélicos en varios de ellos.

En el año de 1972, con el nuevo repunte de los animales antropomórficos, Bakshi se lanzó a su gran proyecto, Fritz the Cat. Una crítica muy dura a la visión de los setentas, pero usando animales. El protagonista principal era un gato, pero por lo demás, uso más de un símbolo: Los policías eran cerdos, mientras que los negros eran cuervos.

Para 1978, volvería a dar de que hablar, al adaptar el libro La Comunidad del Anillo en animación, utilizando la técnica de rotoscopio, creando imágenes visualmente muy impactantes, logrando una cinta que, si bien era disfrutable por el público menor, atrajo a muchos espectadores adultos.

Bakshi es un innovador, en los más diversos estilos, y vale la pena darle un tiempo en esta temporada para conocerlo un poco más.