Advertencia. Esta es una critica literaria y contiene elementos de la trama
El tercer libro de la serie Crepúsculo, continúa con la historia del inusual romance entre una chica humana (Bella Swan) con un vampiro (Edward Cullen). Para esta entrega, el amor de ambos a podido superar el miedo de Edward a perjudicar a Bella con la relación y por la convivencia de seres tan distintos a ella. Las circunstancias se complican porque la amenaza de venganza por parte de Victoria, sigue siendo un peligro real, además de que los Vulturi vigilan de cerca que la promesa de convertir a Bella en vampiro, por parte de los Cullen, se cumpla.
Por otra parte, el triángulo amoroso que involucra al hombre lobo ( Jacob Black) llega a su momento cumbre. Bella se cuestiona por primera vez de manera seria, lo que en realidad siente por Jacob. El momento no puede ser más propicio: Bella está nuevamente amenazada y a punto de tomar la decisión de convertirse en vampiro, lo que se entiende como un cambio radical y sin vuelta atrás.
Lobos y vampiros hacen un pacto para proteger a Bella, por lo que deberán sumar esfuerzos. Victoria echa mano de un clan de vampiros neófitos ( es decir que han sido recientemente transformados) para encontrar a Bella y consumar su venganza.