Cinco placeres culpables del cine mexicano

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El cine nacional, como el de prácticamente todos los países, ha tenido verdaderas obras de arte, así como como algunas realmente pésimas. Pero, dentro de toda esta gama, existen muchas de ellas tan tremendamente malas, que son un placer verlas. El día de hoy, hemos elegido cinco de ellas que, si no has visto todavía, no debes de dejar pasar. Algunas de ellas pretendieron ser serias, otras eran conscientes de sus limitaciones, y le sacaron todo el partido posible, pero se puede decir mucho de cada una de ellas.

5. Caperucita Roja

Esta cinta de 1960, dirigida por Roberto Rodriguez, nos trajo a la niña María Gracia, que tenía un particular carisma que la hacía adorable. Sin embargo, la película se la lleva sin duda la pareja de Santanón y Manuel Valdez. De hecho, el lobo resultó tan carismático, que se cambió el final del cuento notablemente, dándole a la bestia la oportunidad de redimirse.

4. Vacaciones de Terror

La década de los ochentas fue uno de los grandes momentos del cine de terror, y México no se quedó atrás. En 1989, el director René Cardona III lanzaría la cinta Vacaciones de Terror, que pretendía ser una producción completamente terrorífica. Sin embargo, se torna una excelente colección de humor involuntario, complementado con efectos que incluso para la época eran bastante deficientes.

3. ¡Peligro...! Mujeres en Acción

Tras de que las películas de James Bond se volvieran un éxito en la década de los sesentas, el director René Cardona Jr. decidió probar suerte con el género, lanzando en 1969 al agente Alex Dinamo, encarnado por el actor Julio Alemán. Aunque cuando no se tiene el presupuesto del Servicio Secreto británico, las  diferencias se hacen demasiado evidentes.

2. Chabelo y Pepito contra los Monstruos

En 1973, el director José Estrada retomó la fórmula que le resultara tan exitosa a Abbott y Costello en los cuarentas, enfrentando a una pareja cómica con un grupo de monstruos clásicos. Además de que las caracterizaciones no eran especialmente bien logradas, y la trama estaba llena de huecos, los momentos de humor - que incluso a la fecha se ignora si eran o no voluntarios - hacen de esta cinta una de las más divertidas de la época.

1. El Santo contra las Momias de Guanajuato

Simplemente no puede uno hablar de placeres culpables sin mencionar esta cinta de Federico Curiel, lanzada en 1972. Tres de los más grandes luchadores de la época enfrentan a una amenaza que pretendía ser maligna, pero que resulta terriblemente cómica. Los efectos son tan deficientes, y la trama tan caótica, que existen aún muchos autores que la consideran una obra maestra del cine surrealista.