Si es que están leyendo el presente texto es porque las reseñas, notas e información sobre la película El Hombre de Acero todavía no son suficientes. Y prepárense: por lo menos las siguientes dos semanas las pláticas de sobremesa, los discursos de los políticos y hasta los mensajes de los sacerdotes girarán sobre qué tan buena es el Superman de Snyder. Por lo demás les aseguro que al menos en estas líneas encontrarán una honesta y sana posición de llevarles la contraria, porque ahí donde existe el hijo de hombre también habita la oscuridad o porque todo lo que es arriba es abajo y al revés, o mejor aún porque antes de la luz estaba el caos. Si no quieren auscultar el rincón del amargado mejor ni lean.
El Hombre de Acero. A falta de imaginación, buenos son los remakes
Lo hemos dicho en multitud de ocasiones. El cine de Hollywood adolece de imaginación y se encuentra en una crisis creativa